Cuando la profesora asignó esta actividad que consistía en recoger los anillos, aros o chapitas de las latas, me pareció aburrido, pero al transcurrir de los días me sentí identificado y me fue gustando el contribuir con una causa en beneficio del ambiente y consecuentemente, de los niños y adolescentes involucrados con el proceso de reciclaje.
Fui recogiendo mis aritos desde marzo pasado, y mientras mas recogía mas quería seguir recogiendo. Que útil uno se siente al apoyar un bien. A pesar de mis múltiples actividades me preocupé en cumplir con la tarea encomendada. Me llenó de sentimiento y siento mucho que llegara a su final, pero me queda el crecimiento y el aprendizaje como persona, ya que tiene muchas lecturas haber participado en esta tarea, entre las que puedo nombrar, sin decir que faltarían muchísimos beneficios:
1.) Ser parte de algo hermoso.
2.) Contribuir con el medio ambiente, sólo exige querer ser buen ciudadano, ya que al no arrojar las latas a la calle, sino colocarlas en los depósitos especialmente para ello, estamos contribuyendo con el medio ambiente y con el planeta. Igual, la basura, que no la recogen en los horarios establecidos y muchas veces pasan días sin recoger la basura de las aceras de la ciudad, por lo cual, se convierte en un problema ecológico.
3.) Aprender que el reciclaje es barato, y se pueden elaborar hermosas obras y como en este caso, ayudar a una buena causa.
Gracias Profesora Milagros, por esta actividad que me permitió aprender a querer más a la madre naturaleza.
Estas son algunas manualidades elaboradas con latas y
sus anillos
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